foto: raquel bordelois, monumento en nogoyá, entre ríos
1
guardé estas palabras
cuarenta años o más: dejé en tu casa
el libro de tagore de tapas verdes
que acaso leíste
esa tarde
frente al hipódromo
el final estaba cerca
era bello el otoño
en san isidro
y quizás había zorzales
todo era un desastre
y lo sabías
como yo
y también que nadie
te iba
a agarrar vivo
y ahora
que busco
en mi memoria lacerada
alguna huella
un rastro
de ese año feroz
ahora, digo
no puedo dejar
de volver
a esos días terribles
gloriosos
cuando el dolor era
apenas una arruga
en el futuro
no, no puedo dejar
de querer otro mundo
lejos de esa ventana
o del hipódromo
ya de madrugada entre la patota
y tus hermanos
más allá es hoy
cuando no puedo
dejar de recordar
no puedo
olvidar que estás
siempre
en ese futuro
que es ahora
2
esta noche llueve en neuquén
como hace cuarenta años
en manuelita
nos buscan bajo la lluvia
no encuentran
a todos: la
lluvia hiela a algunos
y a otros los protege
¿dónde, dónde están?
la lluvia en manuelita
engañó a la patota
pero no pudo cuidarte
tampoco a carlos, a raúl
ni a fernanda
no a muchos
la herida no se va
nunca
nada se cura
ni en el tiempo
ni en el olvido
pero la lluvia no era el fin
era ésa la lluvia
de la primera vez
y ahora sólo espero
el regreso al río
donde naceremos con el día
porque vamos a romper
la maldición
vamos a quebrar
el cielo y el infierno
otra vez
en nuestro río
de nuevo ese río, el mismo
nos volverá a bañar
en neuquén, mayo de 2016
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