Tres poemas elegidos al azar de este volumen editado por Ciudad Gótica en Rosario, en abril de 2013. Son textos cargados de lirismo y melancolía, que convocan a la introspección, a la meditación. Isaías demuestra que la contemplación no es patrimonio exclusivo de monjes o practicantes del budismo zen. Al final, una crítica de Ana Bugiolacchio.
XXII
En el ocaso
fue la sangre
del sol
entre las altas
llamaradas
de los pinos.
o el cobre
de los fresnos
en la quietud
de un abril
lejano
que abrió
como una llave
aquella luz
para siempre
recordada.