I
"El concepto de vanguardia, incorporado a la teoría revolucionaria universalmente, es una verdad científica ampliamente verificada en distintas épocas de este siglo y en diversas latitudes de este mundo. La íntima relación que existe entre los problemas culturales y los problemas político-sociales e históricos, la imposibilidad de separar a unos de otros. Incluso para el análisis, permitiría aventurar la idea de incorporación del concepto de vanguardia para la resolución del campo específicamente cultural.Por ese camino podrían ser evitadas las desviaciones populistas. También las desviaciones de izquierda, con su carga natural de ideologismo. Como en los problemas estrictamente políticos, tanto una desviación como la otra puede ser conjurada a través de una vanguardia que impida ignorar la experiencia concreta del pueblo que la rodea, como suele ocurrirle a la izquierda, pero que tampoco idealice a ese pueblo, como suelen hacerlo los populistas.Los hombres que den los primeros pasos, que encaminen la construcción de esa vanguardia, tendrán que identificarse con el campo popular –sin idealizarlo--, aunque no pertenezcan naturalmente a la clase productiva. Deberán hacerse cargo de la problemática de esta clase. No es suficiente estar cerca de los trabajadores para conocerlos. No es suficiente estar cerca o conocer las realidades de un pueblo, sino que hay que identificarse con esa realidad, correr la suerte del agredido.