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jueves, 4 de abril de 2013

Notas sobre poesía


por Gerardo Burton



Calímaco dice que hay tres notas para la creación poética: esfuerzo en la producción; delicadeza en la selección y brevedad en la concreción final. Agrego una cuarta: revelación, epifanía.

Decir mucho en pocas palabras, quizás una. El adjetivo, cuando no da vida, mata (Huidobro). Entonces, dos ejes principales: sustantivo y verbo. O sea: esencia y movimiento; sustancia y acto.

Desbrozar de a poco las imágenes, de manera que la voz sea clara y sugerente. Adjetivo: es un arma de doble filo.

Que la verdad aparezca naturalmente, ligada a lo dicho. Experiencia más que sentimiento.

Que la sonoridad venga luego. Evitar la verborragia para limpiar la mirada poética de apariencias. Crear en quien lee la conciencia de re-creador de la realidad. Asistir a los mundos nuevos con la serenidad y la pasión de un dios: el poeta como demiurgo. (Aclaración: Hoy, a más de veinticinco años de haber escrito estas notas, no estoy tan seguro de que sea así).

Valorar los silencios y espacios blancos tanto como los versos, sílabas y acentos. Dibujar el poema en la hoja en blanco.

Distribuir los sentidos y los oídos, llenar de voz los rincones y hacer surgir, casi de la nada, los objetos y los ideales.

Doble polo de paz y guerra: paz en lo escrito y guerra contra uno mismo y la materia. Entrar profundamente en lo polvoriento, lo usado, lo lleno de naturaleza.

Dominar el voluntarismo y el racionalismo. Primero vaya gloriosa la intuición, y luego el goce lúdico. Más adelante, el esfuerzo productivo y el principio de organización. Ojo: que el orden no aniquile la intuición. Que el espíritu no sea menos que la letra.



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